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23 noviembre 2007

Nanoradio

La nanotecnología es un campo emergente de las ciencias que cada día gana más adeptos por la fascinación que supone trabajar la materia átomo por átomo, un proceso que tiene el potencial de mejorar sustancialmente el diseño y funcionamiento muchas cosas que usamos hoy y de crear otras que darán como resultado una mejor calidad de vida.

Aunque todavía no se ha desarrollado en todo su potencial, desde ya la nanotecnología ha dado muestras de resultados promisorios para el futuro. Algo que llama la atención es el afán de los científicos del ramo por hacer réplicas en miniatura de objetos cotidianos. Así tenemos que hace dos años la Universidad de Rice, Estados Unidos, presentó el carro más pequeño del mundo, con una medida de apenas cuatro nanómetros de largo por tres de ancho. Para que se tenga una idea de estas dimensiones, un nanómetro equivale a una millonésima de un milímetro.

Pero lo que causa furor en este momento es un radio 100% funcional que consta de un solo nanotubo de carbono, estructura microscópica que posee estupendas propiedades electrónicas y mecánicas y cuyo grosor es 10 mil veces menor al de una hebra de cabello humano. El radio es creación de un equipo de físicos de la Universidad de Berkeley en California, Estados Unidos, liderados por el doctor Alex Zettl.

Componentes individuales de radio construidos a nanoescala, la cual oscila entre 1 y mil nanómetros, existen desde hace unos años, pero es la primera vez que se logra condensar todas las partes del aparato en un paquete tan diminuto. El secreto está en un giro que se le dio al mecanismo tradicional de un radio: en vez de hacer que el nanotubo de carbono tome las ondas de radio y las convierta a pulsos de corriente eléctrica, se trabajó para que el filamento absorba las ondas y en consecuencia vibre ante el estímulo.

Las vibraciones del nanotubo, que tiene uno de sus extremos montado sobre un electrodo, generan cambios en los patrones del campo eléctrico formado por una batería, y a su vez estos patrones cambiantes se convierten en sonidos. Todo este proceso ha permitido que un solo nanotubo haga las funciones de antena, dial, amplificador y modulador, lo básico para que un radio funcione adecuadamente.

Pocos le encontrarán sentido a esta hazaña, pero el nanoradio, que además hace las veces de transmisor, puede tener gran utilidad en un futuro cercano: esta pudiera ser la base para dispositivos controlados por radio capaces de viajar por el torrente sanguíneo o por aire para dar un informe detallado de las condiciones. Incluso los teléfonos celulares pudieran beneficiarse del nanoradio. Todo es cuestión de esperar.

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