Una de las premisas que gira en torno a la Internet es el hecho de poder expresar lo que uno siente, sin elementos que censuren nuestra opinión, convirtiéndose esto en una amenaza para las estructuras establecidas, llámense estas gobierno, instituciones, corporaciones, etc. Y esto se magnifica ante la llegada de las redes sociales web 2.0, donde la participación de los internautas se vuelve decisiva.
Pero hasta que punto esto llega a ser un ejercicio democrático, sin caer en amarillismos, anarquismos y prejuicios, que sólo alimenten la discordia y la desconfianza entre los actores sociales. Y es que el ejercicio de la libre expresión, implica una responsabilidad en el contenido del mensaje, ya que este afectará de una u otra forma la opinión de las personas que lean dicho mensaje.
Ahora bien, expresar lo que uno piensa realmente es un ejercicio democrático, sin importar que se use un lenguaje obsceno y agresivo. El hecho de que yo pueda insultar, denigrar, difamar a alguien, hace que sea más democrático. ¿Hasta que punto la libertad me da el derecho de trasgredir la dignidad de los otros? Es indiscutible que la expresión de nuestras ideas, en algún momento, llega a discernir con las ideas de otros, y que al defender cada quien sus ideas, pueda desembocar en una discusión. Y esto lo podemos ver claramente en lo que sería la representación de la democracia por excelencia en la red: los foros. En estos espacios de expresión popular y no tan popular, somos testigos presenciales de la indisciplina y el anarquismo en la opinión, más aún cuando existen opiniones encontradas y antagónicas sobre un tema, cuantas veces no hemos leído una discusión interminable entre foreros donde no se llega a ningún tipo de consenso y que sólo sirven para confundir más a los participantes. ¿Esto es realmente democrático?
Ante este hecho es justificable la censura, y no cabe duda de que ésta realmente exista en la red. Ya que los dueños de los sitios, al final de cuentas, tienen el poder de decidir que es lo que se muestra o no en sus páginas. Y no sólo eso sino que hay organizaciones que presionan para que la censura se de, siendo el caso más sonado el que se dio en Brasil cuando se cerro el acceso de YouTube por el video de Daniela Cicarelli. Ante esto otra pregunta sería ¿existe la democracia en Internet?
Realmente una de las aspiraciones que tenemos los seres humanos, es el de la democracia, y tal como lo diría Voltaire “No estoy de acuerdo con lo que dices pero daría mi vida por defender el derecho que tienes para decirlo”, es un valor que hay que defender, ya que al hacerlo estamos garantizando, no sólo el respeto hacia los demás, sino también el respeto hacia uno mismo. Por lo tanto es necesario difundir y promover la cultura democrática en Internet, para obtener los siguientes beneficios:
Pero hasta que punto esto llega a ser un ejercicio democrático, sin caer en amarillismos, anarquismos y prejuicios, que sólo alimenten la discordia y la desconfianza entre los actores sociales. Y es que el ejercicio de la libre expresión, implica una responsabilidad en el contenido del mensaje, ya que este afectará de una u otra forma la opinión de las personas que lean dicho mensaje.
Ahora bien, expresar lo que uno piensa realmente es un ejercicio democrático, sin importar que se use un lenguaje obsceno y agresivo. El hecho de que yo pueda insultar, denigrar, difamar a alguien, hace que sea más democrático. ¿Hasta que punto la libertad me da el derecho de trasgredir la dignidad de los otros? Es indiscutible que la expresión de nuestras ideas, en algún momento, llega a discernir con las ideas de otros, y que al defender cada quien sus ideas, pueda desembocar en una discusión. Y esto lo podemos ver claramente en lo que sería la representación de la democracia por excelencia en la red: los foros. En estos espacios de expresión popular y no tan popular, somos testigos presenciales de la indisciplina y el anarquismo en la opinión, más aún cuando existen opiniones encontradas y antagónicas sobre un tema, cuantas veces no hemos leído una discusión interminable entre foreros donde no se llega a ningún tipo de consenso y que sólo sirven para confundir más a los participantes. ¿Esto es realmente democrático?
Ante este hecho es justificable la censura, y no cabe duda de que ésta realmente exista en la red. Ya que los dueños de los sitios, al final de cuentas, tienen el poder de decidir que es lo que se muestra o no en sus páginas. Y no sólo eso sino que hay organizaciones que presionan para que la censura se de, siendo el caso más sonado el que se dio en Brasil cuando se cerro el acceso de YouTube por el video de Daniela Cicarelli. Ante esto otra pregunta sería ¿existe la democracia en Internet?
Realmente una de las aspiraciones que tenemos los seres humanos, es el de la democracia, y tal como lo diría Voltaire “No estoy de acuerdo con lo que dices pero daría mi vida por defender el derecho que tienes para decirlo”, es un valor que hay que defender, ya que al hacerlo estamos garantizando, no sólo el respeto hacia los demás, sino también el respeto hacia uno mismo. Por lo tanto es necesario difundir y promover la cultura democrática en Internet, para obtener los siguientes beneficios:
- Impulsar la participación de todos los internautas dentro de la red.
- Promover el respeto de las instituciones y organizaciones hacia la libre expresión de las creencias individuales.
- Generar un desarrollo más dinámico de Internet, tomando como punto de partida la Web 2.0.
Estos serían algunos beneficios que redituarían en mayores perspectivas de crecimiento y aprendizaje para todos.
Para lograr lo anterior es necesario la participación de todos, en un ambiente de respeto hacia las ideas y la cultura de los demás, más en un ambiente donde la globalización es un hecho concreto que en lugar de desunirnos nos debería ser participes de la riqueza que todos tenemos.
Para lograr lo anterior es necesario la participación de todos, en un ambiente de respeto hacia las ideas y la cultura de los demás, más en un ambiente donde la globalización es un hecho concreto que en lugar de desunirnos nos debería ser participes de la riqueza que todos tenemos.
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