Buscando...
17 agosto 2006
8:33

Tecnología sin educación, ni organización

http://www.clavedigital.com.do/Firmas/Articulo.asp?Id_Articulo=7603

Rosalina Perdomo Montalvo
Educadora

La incorporación de la tecnología a las oficinas estatales, no basta para lograr buen servicio y eficiencia en los procesos administrativos.
Sin lugar a ninguna duda la educación es previa a una tecnología utilizada inteligentemente. La gente no se educa solo con tecnología, la educación es un proceso mucho más complejo.
En estos días fui a la Oficina Nacional de Impuestos Internos a renovar la placa de mi vehículo. Me fue imposible hacer este procedimiento vía internet.
La ONII tiene aire acondicionado y asientos cómodos para la espera. Algunos de sus empleados y funcionarios funcionan y tienen capacidad de servicio, pero no se respira eficiencia, ni orden.
Inicié mi recorrido por la segunda planta pidiendo información, de allí me enviaron donde un señor que labora en la cuarta planta.
Su oficina está ubicada en un espacio secundario, sin embargo a decir por la cantidad de gente que acude allí esa dependencia es principal.
Ese señor es muy dispuesto y eficiente, me pareció que su función es investigar los problemas y determinar sus causas.
Después de una espera de aproximadamente 45 minutos diagnosticaron mi problema.
El número “nuevo” de mi placa no había sido subido al sistema.
Había que bajar de nuevo a la segunda, pagar 300 pesos de servicio y subir de nuevo a la cuarta planta para ejecutar el proceso de “subida al sistema” que lo realizaría otro funcionario, el cual controla el servidor master.
Enseguida me dije “pero qué fácil”. Bajé a la segunda a ponerme en la fila de pagar, en la que había unas 20 personas. Después de media hora y de solo haberme movido un puesto en la fila (estábamos por suerte sentados y con aire) comencé a inquietarme y me paré a ver qué pasaba. Me dijeron que algunos cajeros estaban almorzando y que solo había dos disponibles, los mismos dos que estuvieron las siguientes dos horas.
Comencé a observar lo que pasaba. Me di cuenta de que había personas que se metían en la fila que parecían tener autoridad para eso. También me percaté de que uno de los cajeros estaba trabajando con múltiples expedientes que no correspondían a los que estábamos haciendo fila.
El agente que estaba para mantener el orden que era como un “ampalla”, había que estar diciéndole las jugadas para que no se le pasaran.
Los buscones que son los que entregan varios expedientes se aglomeran alrededor de la caja para esperar. Hubo uno que se cambió de camisa para que creyeran que era otro diferente. Antes (en otros tiempos) a estos útiles personajes se les llamaba buscones, luego pasaron a tributarios, hoy día les insulta que los llamen así y reclaman el nombre de abogados, quizá hasta son doctores porque cualquiera es doctor en Derecho.
Decidí, por entretención y ejercicio de reclamo de derechos, movilizarme. Comencé a preguntar quien era el primero de la fila y a despejar el espacio entre la fila y las cajas que estaba ocupado por los “abogados” que hacen esas diligencias. Fui donde el cajero que no recibía a nadie porque según él estaba cansado y no había comido.
Me ofreció atenderme para que me calmara, a lo que me negué. Puse a los de la fila en alerta para que nadie se metiera y logramos agilizar un poco el proceso. De esta forma pagar 300 pesos me tomó unas dos horas y media. Como recibo de estos míseros pesos me dieron dos hojas de papel, grandes y elegantes e impresas, que son un desperdicio de papel y tinta.
Después subí donde el funcionario que corrige la información en el sistema. Un señor relajado y simpático que hace un trabajo que bien podía hacer su asistente o secretaria.
Me tocaba entonces volver a bajar para sacar el marbete una vez la información ya estaba en el sistema. El guardia ya había cerrado la puerta acceso a segunda planta porque pasaban de las 3 y media. Le rogué me dejara entrar. La señora que me atendió me dijo ¿doña y todavía usted está aquí?. Hacía 4 horas y media que ella me había visto por primera vez. Todo ese tiempo para actualizar la placa.
Mis pensamientos me decían: “un gobierno que le encanta cobrar impuestos debería ser más eficaz en sus oficinas recaudadoras”, “aunque hay computadoras e impresoras falta disposición y eficiencia de parte de algunos para hacer su trabajo” “estos funcionarios y empleados cambian cada 4 años y tienen que recibir un entrenamiento sobre el manejo de sus procedimientos, y luego llegado los 4 años se pierde toda esa experiencia”, “¿dónde estaba metido el supervisor de ese departamento?” “los dominicanos, para no buscarnos líos somos conformistas y sumisos a la hora de reclamar nuestros derechos” (a decir por la calma de la gente haciendo su fila sin cuestionarse).
En fin, que antes de pensar en celebraciones de aniversario y tecnología, primero o a la vez hay que pensar en democracia, en institucionalización. Y para pensar en éstas hay que pensar en educación, en esa que no se ve inmediatamente, que no reporta votos y que más bien pone a pensar a la gente si es verdad que “e palante que vamos”.

0 comentarios:

 
Back to top!