En 25 años de computadoras personales se ha visto como la competencia se basa en sistemas cada vez más poderosos gracias a procesadores más veloces y arquitecturas mejoradas, todo esto en máquinas que son cada vez más pequeñas y livianas. Sin embargo, a juzgar por la creciente tendencia hacia interfases que son cada vez menos rígidas, tal parece que llegó la hora de cambiar el enfoque al innovar.
El primer gran salto a nivel de interfases vino con la llegada del sistema operativo Windows, que con su estructura gráfica de ventanas se convirtió en el estándar de la industria. Previo a Windows predominaba el sistema MS-DOS, una pantalla negra nada amigable que permanecía vacía a la espera de los comandos de ejecución del usuario. Como se ve, se requería de ciertos conocimientos informáticos para usar MS-DOS, de ahí el rotundo éxito de Windows.
La evolución de las interfases ha llegado a un punto determinante, donde hay una movilidad y facilidad de uso nunca antes vistas. El mejor ejemplo de ello es Vista, la última versión del sistema operativo Windows, lanzada a nivel mundial en noviembre 2006 y disponible en el país desde febrero. Lo mismo con el iPhone anunciado por Steve Jobs en enero, un teléfono que sustituye las teclas por una pantalla sensible al tacto de interfaz sumamente intuitiva.
Ahora que se habla de tacto, es bueno aclarar que las pantallas táctiles existen desde hace años, siendo muy usadas en los cajeros automáticos de los bancos, pero estas son pantallas muy básicas que solo reconocen un tacto a la vez. A pesar del factor “wow” presente en iPhone y Vista, esto es nada comparado con lo que actualmente desarrolla el ingeniero Jeff Han, quien propone la desaparición de barreras físicas entre el ser humano y la tecnología, como son el teclado y el Mouse.
Ambos accesorios requieren de tacto por parte de la gente, pero nunca llegan a darnos la sensación de que controlamos lo que aparece en pantalla. Basándose en las teorías de la percepción y la tecnologías de sensores de puntos múltiples, Han propone una plataforma multi-táctil, libre de interfaz, donde el usuario solo requiere de una pantalla sensible al tacto para hacer lo que quiera, desde dibujar, escribir y manipular imágenes hasta limpiar la plataforma de todo objeto. Todo esto lo logra con movimientos simples e intuitivos de la mano.
Quienes vieron la demostración de Han en la conferencia TED (Tecnología, Entretenimiento y Diseño) de Monterey (California) el año pasado quedaron fascinados con los prospectos. Una pantalla plana de 36 pulgadas fue todo lo que necesitó Han para mostrar una tecnología que de seguro definirá el futuro de las aplicaciones.
El primer gran salto a nivel de interfases vino con la llegada del sistema operativo Windows, que con su estructura gráfica de ventanas se convirtió en el estándar de la industria. Previo a Windows predominaba el sistema MS-DOS, una pantalla negra nada amigable que permanecía vacía a la espera de los comandos de ejecución del usuario. Como se ve, se requería de ciertos conocimientos informáticos para usar MS-DOS, de ahí el rotundo éxito de Windows.
La evolución de las interfases ha llegado a un punto determinante, donde hay una movilidad y facilidad de uso nunca antes vistas. El mejor ejemplo de ello es Vista, la última versión del sistema operativo Windows, lanzada a nivel mundial en noviembre 2006 y disponible en el país desde febrero. Lo mismo con el iPhone anunciado por Steve Jobs en enero, un teléfono que sustituye las teclas por una pantalla sensible al tacto de interfaz sumamente intuitiva.
Ahora que se habla de tacto, es bueno aclarar que las pantallas táctiles existen desde hace años, siendo muy usadas en los cajeros automáticos de los bancos, pero estas son pantallas muy básicas que solo reconocen un tacto a la vez. A pesar del factor “wow” presente en iPhone y Vista, esto es nada comparado con lo que actualmente desarrolla el ingeniero Jeff Han, quien propone la desaparición de barreras físicas entre el ser humano y la tecnología, como son el teclado y el Mouse.
Ambos accesorios requieren de tacto por parte de la gente, pero nunca llegan a darnos la sensación de que controlamos lo que aparece en pantalla. Basándose en las teorías de la percepción y la tecnologías de sensores de puntos múltiples, Han propone una plataforma multi-táctil, libre de interfaz, donde el usuario solo requiere de una pantalla sensible al tacto para hacer lo que quiera, desde dibujar, escribir y manipular imágenes hasta limpiar la plataforma de todo objeto. Todo esto lo logra con movimientos simples e intuitivos de la mano.Quienes vieron la demostración de Han en la conferencia TED (Tecnología, Entretenimiento y Diseño) de Monterey (California) el año pasado quedaron fascinados con los prospectos. Una pantalla plana de 36 pulgadas fue todo lo que necesitó Han para mostrar una tecnología que de seguro definirá el futuro de las aplicaciones.
Visite http://www.fastcompany.com/video/player.html?bctid=422563006 para ver una demostración, y sí, bien vale la pena ver a Jeff Han en acción.
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