Las catástrofes naturales siguen siendo imprevisibles, a pesar de los enormes progresos de la ciencia y de la técnica y de las mejoras alcanzadas en los últimos años en la comprensión de las causas y efectos de tales sucesos extremos. Y, como no podía ser de otra forma en la era de la información, la preservación y recuperación de los datos almacenados en los diferentes tipos de soportes informáticos ante este tipo de acontecimientos han ganado posiciones en el ranking de prioridades de las empresas. (Por Nicolás Green, responsable de Ontrack Data Recovery España)
En situaciones de crisis provocadas por catástrofes naturales como terremotos, huracanes, inundaciones o incendios, obviamente la prioridad inmediata es preservar y ayudar a las personas, y ello en nada contradice la protección adecuada de la información. Ésta, a diferencia del auxilio, debe llevarse a cabo en una etapa anterior, previa al acontecimiento y siempre con un enfoque de naturaleza preventiva. Catástrofes como los huracanes que asolaron Florida y Nueva Orleans o el incendio del edificio Windsor en Madrid causaron estragos en datos informáticos clave de empresas y de particulares y, ciertamente, han contribuido a que en la categoría de control de los daños cada vez se dé más importancia a la preservación y recuperación de los datos almacenados en soportes informáticos. Una consideración nada exagerada, dado que de ello depende la continuidad de la mayoría de las empresas de hoy en día.
Nadie pone ya en duda que la pérdida de datos puede ser catastrófica para una organización. Muchos problemas afectan a la capacidad de una compañía para funcionar de forma normal, pero la incapacidad de acceder a informaciones importantes puede fácilmente llegar a impedir por completo su funcionamiento, paralizando su negocio durante largos períodos y provocando una pérdida de productividad capaz incluso de poner en peligro su supervivencia.
Según una encuesta sobre el coste de las paradas realizada por Ontrack Data Recovery en Estados Unidos, hasta la interrupción menos prolongada puede llegar a ser devastadora para el negocio. Este sondeo reveló que el 76% de las empresas considera que una parada de entre 24 y 72 horas pondría en peligro su supervivencia. El 20% estaba de acuerdo en que de una a ocho horas de "parón" resultaría dañino y el 8% aseguraba que una sola hora podría llevarla a la quiebra. No existe un informe equivalente europeo, pero es más que probable que las empresas españolas se sienten en una situación de riesgo parecida a las de Estados Unidos.
Situación en Europa
A pesar de la percepción de este elevado nivel de vulnerabilidad al riesgo, solamente el 41% de las principales empresas europeas ha implantado un plan de recuperación de datos. No obstante, la situación está cambiando. La tendencia actual, principalmente en el ámbito de las grandes empresas, es incorporar en los procedimientos de gestión de crisis y en los planes de contingencia, los protocolos de recuperación de datos, basados en recursos internos y en especialistas externos.
En el caso de España, la recuperación de datos figura como procedimiento específico en los manuales de los departamentos de TI sólo en las mayores empresas, especialmente entre aquellas que cotizan en el IBEX 35. En estos casos, lo normal es que dispongan de una infraestructura tecnológica avanzada: planes de contingencia, copias de seguridad off-site y servicios duplicados de copias de seguridad. Con relación a las demás organizaciones el abanico es muy amplio, incluyendo desde empresas sin ningún recurso informático de protección ante estos acontecimientos, hasta pymes con planes de contingencia de lo más sofisticado. Pero, en general, la mayoría no suele contar con los suficientes recursos propios para gestionar este tipo de riesgos.
En el caso de los particulares, y también de muchas pymes, cuando un usuario sufre una pérdida de datos, el instinto dominante es tratar de solucionar el fallo por uno mismo. Así, según un reciente estudio global de investigación sobre pérdidas de datos de Ontrack Data Recovery, la reacción inmediata del 75% de los usuarios informáticos ante las pérdidas de datos es intentar recuperar por sí mismos el documento perdido. Sin embargo, esto puede agravar al problema, complicando el necesario proceso de recuperación posterior.
Desgraciadamente, dado que los intentos fallidos pueden tener efectos dañinos y permanentes, la primera reacción de la víctima es esencial para el resultado de las tareas de recuperación, y un intento de arreglo rápido por parte del usuario es el camino más seguro para hacer que sus datos sean permanentemente irrecuperables. Por lo tanto, el apoyo de un especialista es fundamental también en estos casos.
Busque un servicio profesional
En cualquier caso, resulta incuestionable que las situaciones de pérdida de datos más severas requieren un servicio profesional de recuperación de datos que cuente con ingenieros con experiencia que determinen los pasos necesarios para recuperarlos, bien a través de tecnología remota de recuperación o mediante un servicio de laboratorio.
Utilizando tecnologías de cámara limpia de última generación, los ingenieros pueden reparar muchos problemas de hardware, y salvar datos de discos duros con platos dañados o elementos rotos. Sin embargo, es imprescindible ser cuidadoso a la hora de elegir un proveedor de soluciones de este tipo; el sector carece de un regulador, lo que permite a cualquier persona abrir una empresa de recuperación de datos y manejar los dispositivos y datos de terceros.
Tras la entrada de un dispositivo de almacenamiento para efectuar recuperación de datos se producen dos fases. La primera es la de diagnóstico. El objetivo perseguido en ella consiste en identificar todos los archivos susceptibles de ser recuperados. El método más seguro siempre es trabajar sobre una copia del disco del cliente, nunca sobre el disco original. Durante esta etapa, los ingenieros de recuperación pueden determinar si el disco requiere atención especial desde la cámara limpia, un entorno ultra-limpio empleado para trabajar sobre elementos microscópicos.
La cámara limpia actuará a nivel electrónico y mecánico para conseguir que el disco sea lo suficientemente operativo como para poder realizar una copia de los datos en bruto. Ello puede incluir cualquier operación, desde una limpieza física de los platillos de discos de forma que puedan girar correctamente, hasta intercambiar elementos eléctricos para iniciar el dispositivo. Tras conseguir que el disco esté operativo y hacer una copia del mismo, los ingenieros de recuperación de datos trabajarán para reparar las estructuras de archivos, y crearán un listado completo que muestre todos los archivos y directorios del disco. Este listado informará asimismo al cliente sobre la existencia o no de “agujeros” (o errores de Input/Output) dentro del propio archivo.
La segunda fase es de recuperación. El objetivo ahora es copiar los datos y materializar esas copias en el soporte solicitado por el cliente. Durante esta fase el cliente puede también pedir que se prueben algunos archivos en el laboratorio. Por ejemplo, en dispositivos que han sufrido daños serios en el soporte, el cliente podría solicitar que se probaran algunos de los archivos más comunes. El ingeniero que ha trabajado en la recuperación intentará abrir algunos y comprobar si los datos están ahí.
Hasta hace poco, la mayoría de las pérdidas de datos no se consideraban recuperables. Actualmente, conociendo los pasos que se deben dar, en la mayoría de los casos se trata de situaciones reversibles.
17/07/2006 CIO
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