La contaminación ambiental arrecia, los ríos se van secando y el calentamiento global cada día se hace más evidente. Mientras pasa esto, dentro de una oficina típica se continúa imprimiendo documentos como si nada, muchas veces sin necesidad.
En el proceso de van gastando hojas de papel, cuya materia prima son los árboles, y se gastan cantidades enormes de tinta, que para añadir insulto a la herida vienen en empaques de un plástico tan duro que de seguro tomará milenios en reciclarse.
Se pensaba que para estas alturas de juego estaría en funcionamiento la llamada “oficina sin papel”, pero la realidad es otra. Con este asunto del calentamiento global se ha tornado en práctica común dentro de oficinas y casas hacer un uso más conciente del papel, llegándose a imprimir en hojas usadas documentos que no son de relevancia. Hay también la opción de papel reciclado, pero por lo general sale muy costoso.
¿Qué hay de la tinta, entonces? A lo largo del tiempo hemos visto desde tinta invisible hasta e-ink, recurso para lectores de libros como el Kindle de Amazon. ¿Pero tintas ecológicas? Nada de nada. Ni siquiera impresoras ecológicas, equipos que se ha demostrado hacen un uso bastante ineficiente de la tinta, que termina acumulándose en algún punto dentro de la impresora.
Sin embargo, esta situación está por cambiar gracias a la inventiva del coreano Jeon Hwan Hu, quien participa en la competencia de diseño Greener Gadgets con la impresora RITI, que no usa electricidad ni tinta, haciendo su trabajo en base a fuerza humana y borra de café o té a modo de tinta.
La RITI forma parte de las 50 propuestas que compiten en la semifinal de Greener Gadgets, cuya premiación tendrá lugar en Nueva York el próximo 27 de febrero. La gran novedad en esta impresora es el mecanismo de los cartuchos, totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados a ver.
Cualquiera que haya lidiado con una impresora sabe lo incómodo que puede resultar cambiar la tinta: si es en polvo, hace un tollo, si es líquida, se corre el riesgo de salir embarrado. Además, el mecanismo en sí es mañoso: se atasca y se daña con facilidad.
Estos problemas son inexistentes en RITI: el usuario tan solo necesita echar la borra de café o té más un poco de agua en el recipiente dispuesto para los fines, esto sin necesidad de abrir tapas ni compartimientos. Para imprimir, se mueve el cartucho de un lado a otro.
Definitivamente una impresora ecológica.
En el proceso de van gastando hojas de papel, cuya materia prima son los árboles, y se gastan cantidades enormes de tinta, que para añadir insulto a la herida vienen en empaques de un plástico tan duro que de seguro tomará milenios en reciclarse.
Se pensaba que para estas alturas de juego estaría en funcionamiento la llamada “oficina sin papel”, pero la realidad es otra. Con este asunto del calentamiento global se ha tornado en práctica común dentro de oficinas y casas hacer un uso más conciente del papel, llegándose a imprimir en hojas usadas documentos que no son de relevancia. Hay también la opción de papel reciclado, pero por lo general sale muy costoso.
¿Qué hay de la tinta, entonces? A lo largo del tiempo hemos visto desde tinta invisible hasta e-ink, recurso para lectores de libros como el Kindle de Amazon. ¿Pero tintas ecológicas? Nada de nada. Ni siquiera impresoras ecológicas, equipos que se ha demostrado hacen un uso bastante ineficiente de la tinta, que termina acumulándose en algún punto dentro de la impresora.
Sin embargo, esta situación está por cambiar gracias a la inventiva del coreano Jeon Hwan Hu, quien participa en la competencia de diseño Greener Gadgets con la impresora RITI, que no usa electricidad ni tinta, haciendo su trabajo en base a fuerza humana y borra de café o té a modo de tinta.
La RITI forma parte de las 50 propuestas que compiten en la semifinal de Greener Gadgets, cuya premiación tendrá lugar en Nueva York el próximo 27 de febrero. La gran novedad en esta impresora es el mecanismo de los cartuchos, totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados a ver.
Cualquiera que haya lidiado con una impresora sabe lo incómodo que puede resultar cambiar la tinta: si es en polvo, hace un tollo, si es líquida, se corre el riesgo de salir embarrado. Además, el mecanismo en sí es mañoso: se atasca y se daña con facilidad.
Estos problemas son inexistentes en RITI: el usuario tan solo necesita echar la borra de café o té más un poco de agua en el recipiente dispuesto para los fines, esto sin necesidad de abrir tapas ni compartimientos. Para imprimir, se mueve el cartucho de un lado a otro.
Definitivamente una impresora ecológica.
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