Durante los pasados Juegos Parapanamericanos, el mundo fue testigo de los éxitos alcanzados por personas con diferentes discapacidades, compitiendo y rompiendo records en disciplinas que muchos de nosotros ni siquiera intentamos.
¿Por qué entonces tenemos tantas dificultades para lograr la inserción de personas con discapacidad en el mundo laboral?
Numerosos estudios documentan que se trata de un problema de dos vías. Por un lado, pocas empresas se muestran disponibles a contar en su plantilla con personas que presentan alguna discapacidad, porque creen que éstas no pueden ocupar cargos de relevancia, ni trabajar de cara al público, ni ostentar puestos que requieran esfuerzo físico.
Del otro, en muchos casos son los propios trabajadores con estas características quienes no se sienten preparados y tienen miedo a postularse a una vacante.
Ambas percepciones nacen de suposiciones no probadas, ya que de hecho quienes trabajan con personas con estas características generalmente reconocen que tienen gran espíritu de superación, son metódicas, ordenadas, responsables y muy leales a la empresa.
Entonces ¿cómo romper este círculo vicioso? Una forma de hacerlo es documentando con datos y cifras las fortalezas y logros demostrados por personas con discapacidad que permitan romper mitos al respecto.
A ello contribuyen estudios como el realizado en España por la Fundación ONCE y Fundación Manpower, que después de encuestar a mil 500 directivos de empresas de diferentes sectores, concluye que “ocho de cada diez empresas estudiadas tienen previsto contratar a personas con discapacidad y que la mayoría de las compañías que han contratado trabajadores con discapacidad lo volverán a hacer”.
Otros estudios confirman lo anterior, al apuntar que cuando las personas con discapacidad pasan a formar parte de la plantilla de una empresa, desaparecen las falsas percepciones.
Algo similar debió haberle sucedió a quiénes siguieron de cerca los Juegos Parapanamericanos, donde nos vimos sorprendidos con las capacidades y empeño de los atletas participantes.
Crear medios de inserción laboral para personas con discapacidad empieza a ser para las organizaciones no sólo una cuestión de ética y responsabilidad social, sino también de rentabilidad económica.
En primer lugar, porque está demostrado que estos trabajadores son muy bien considerados una vez que son contratados y se les da la posibilidad de demostrar su talento; en segundo lugar, porque cada vez más países asumen compromisos con los organismos internacionales en materia de derechos humanos con particular énfasis en este sector de la población, comprometiendo recursos para apoyo de las organizaciones en donde ellos laboran; en tercer lugar, porque cada vez más gobiernos promueven estímulos y beneficios fiscales para las empresas que cubren las cuotas de contratación de personal con estas características y; finalmente, porque en este sector de la población hay todo un potencial de capital humano por explorar, para darle vuelta a la tan comentada paradoja de la escasez de talento.
Una vez develadas aquellas percepciones y actitudes que se alejan de las capacidades reales que poseen los trabajadores con discapacidad, avanzar hacia su adecuada inserción laboral es relativamente fácil; entre otras cosas porque la tecnología está permitiendo reducir a pasos acelerados las limitaciones que las discapacidades generan.
Por ejemplo, para el caso de los invidentes empezará ya a ser un estándar el manejo de software “texto a discurso” que les permite leer prácticamente todo texto digitalizado al convertirlo en audio.
Sí tomamos en cuenta que en la Web existen miles de contenidos digitalizados y es en ella por donde pasa –sea de manera directa o indirecta- gran parte de la información de la actividad humana productiva, las limitaciones de los invidentes prácticamente desaparecen, sobre todo porque con este software pueden leer a una velocidad dos o hasta tres veces más rápida que los que no lo son, convirtiéndose –ubicados en el lugar adecuado- en colaboradores altamente productivos para la organización.
Independientemente de la discapacidad, es una realidad que se trata de un talento que puede y debe ser aprovechado por las organizaciones, para estimular su inserción al mercado laboral y su desarrollo productivo. (Manpower)
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