Hoy día las compras online se han convertido en una rutina más para muchos de nosotros, que recurrimos a la red para encontrar los últimos artículos tecnológicos, viajes en oferta y productos que quizás no encontramos en nuestra ciudad.
Sin duda los precios son más convenientes en muchas ocasiones que los de los comercios tradicionales, y la oferta es mucho más variada.
Sin embargo, la estafa informática es una amenaza real que puede recaer sobre todos nosotros, incluso sobre los más experimentados, si no tenemos en cuenta algunas precauciones. Por esto hoy presentamos algunos consejos básicos para no caer en la trampa.
1. Mantenernos actualizados:
No sólo debemos actualizar el programa antivirus de la computadora. Recordamos que también el sistema operativo y el navegador web tienen la función de proteger nuestros datos y operaciones online. Cada actualización suele incorporar nuevos sistemas de seguridad contra el spyware, robo de datos y páginas no seguras.
2. Comprar a través de webs conocidas:
No es un deber, pero el hecho de que la web sea conocida nos permite en muchos casos conocer la experiencia de anteriores compradores realizando una sencilla búsqueda en Internet. Algunos portales de subastas cuentan con un sistema de puntuación de vendedores.
Si por el contrario compramos a través de un vendedor privado en una web de anuncios clasificados, asegurémonos de que se trata de una persona seria y no seamos incautos: no cedamos nunca nuestros datos personales a nadie que nos los solicite.
3. Mantener la calma:
Las prisas no son buenas amigas, y a veces nos dejamos llevar al ver la oferta de nuestra vida, el celular que hemos soñado a un precio maravilloso, o las vacaciones perfectas en un paquete todo incluido en oferta.
Antes de proceder con la compra, leamos con atención las condiciones de compra, los suplementos que no están incluidos (envío, tasas, gastos de aduana si los hay..), así como la política de reclamaciones y devoluciones. En muchas ocasiones evitaremos sorpresas desagradables.
4. Actuar con cautela:
Los datos de nuestra tarjeta de crédito no deben nunca ser manipulados por terceras personas. Hoy día las transacciones se realizan en modo automático en Internet, por lo que si alguien nos pide directamente nuestros datos bancarios, debemos desconfiar.
A la hora del pago, asegurémonos de que la página donde vamos a insertar nuestros datos esté cifrada siguiendo el protocolo SSL.
La url debe empezar con https y debe aparecer un icono con forma de candado.
5. Elegir la seguridad, aunque cueste un poco más:
En la mayor parte de los casos, es mejor pagar más y arriesgar menos. Si la web que ofrece un precio mejor no nos da confianza, mejor no arriesgarnos y optar por una ya conocida.
Elijamos también el modo de pago que más seguridad nos proporcione: en muchos casos, es mejor el contrareembolso: pagaremos cuando la mercancía llegue a nuestros hogares, y no antes.
Puede que cueste más que otros métodos de pago, pero es el más seguro para nuestro bolsillo.
6. Prevención:
Si el pago debe ser realizado con tarjeta o sencillamente preferimos pagar así, lo ideal es contar con una tarjeta recargable sólo para este tipo de transacción.
Cargando cada vez el importe exacto nos evitaremos las dudas y no pondremos en riesgo nuestro capital.
Sin duda los precios son más convenientes en muchas ocasiones que los de los comercios tradicionales, y la oferta es mucho más variada.
Sin embargo, la estafa informática es una amenaza real que puede recaer sobre todos nosotros, incluso sobre los más experimentados, si no tenemos en cuenta algunas precauciones. Por esto hoy presentamos algunos consejos básicos para no caer en la trampa.
1. Mantenernos actualizados:
No sólo debemos actualizar el programa antivirus de la computadora. Recordamos que también el sistema operativo y el navegador web tienen la función de proteger nuestros datos y operaciones online. Cada actualización suele incorporar nuevos sistemas de seguridad contra el spyware, robo de datos y páginas no seguras.
2. Comprar a través de webs conocidas:
No es un deber, pero el hecho de que la web sea conocida nos permite en muchos casos conocer la experiencia de anteriores compradores realizando una sencilla búsqueda en Internet. Algunos portales de subastas cuentan con un sistema de puntuación de vendedores.
Si por el contrario compramos a través de un vendedor privado en una web de anuncios clasificados, asegurémonos de que se trata de una persona seria y no seamos incautos: no cedamos nunca nuestros datos personales a nadie que nos los solicite.
3. Mantener la calma:
Las prisas no son buenas amigas, y a veces nos dejamos llevar al ver la oferta de nuestra vida, el celular que hemos soñado a un precio maravilloso, o las vacaciones perfectas en un paquete todo incluido en oferta.
Antes de proceder con la compra, leamos con atención las condiciones de compra, los suplementos que no están incluidos (envío, tasas, gastos de aduana si los hay..), así como la política de reclamaciones y devoluciones. En muchas ocasiones evitaremos sorpresas desagradables.
4. Actuar con cautela:
Los datos de nuestra tarjeta de crédito no deben nunca ser manipulados por terceras personas. Hoy día las transacciones se realizan en modo automático en Internet, por lo que si alguien nos pide directamente nuestros datos bancarios, debemos desconfiar.
A la hora del pago, asegurémonos de que la página donde vamos a insertar nuestros datos esté cifrada siguiendo el protocolo SSL.
La url debe empezar con https y debe aparecer un icono con forma de candado.
5. Elegir la seguridad, aunque cueste un poco más:
En la mayor parte de los casos, es mejor pagar más y arriesgar menos. Si la web que ofrece un precio mejor no nos da confianza, mejor no arriesgarnos y optar por una ya conocida.
Elijamos también el modo de pago que más seguridad nos proporcione: en muchos casos, es mejor el contrareembolso: pagaremos cuando la mercancía llegue a nuestros hogares, y no antes.
Puede que cueste más que otros métodos de pago, pero es el más seguro para nuestro bolsillo.
6. Prevención:
Si el pago debe ser realizado con tarjeta o sencillamente preferimos pagar así, lo ideal es contar con una tarjeta recargable sólo para este tipo de transacción.
Cargando cada vez el importe exacto nos evitaremos las dudas y no pondremos en riesgo nuestro capital.
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