Los ataques terroristas del 11 de septiembre ocurridos en Nueva York, Estados Unidos no solamente cambiaron la forma de vida de sus ciudadanos sino también la visión de la industria de la Tecnología de Información.
Este lamentable hecho que le costó la vida a millares de gente inocente sucedió justamente después del boom del Internet en la década de los 90.
Anteriormente, los gerentes de TI nunca habían contemplado la posibilidad de que todos sus sistemas de computación pudieran ser destruidos de manera sorpresiva e inesperada.
Anteriormente, los gerentes de TI nunca habían contemplado la posibilidad de que todos sus sistemas de computación pudieran ser destruidos de manera sorpresiva e inesperada.
Las pérdidas de infraestructura tecnología y de propiedad intelectual fueron consideradas a muy gran escala de acuerdo a los expertos norteamericanos en el tema.
A casi diez años de esta tragedia, los sectores de almacenamiento en nube (cloud storage) y recuperación de desastres se mantienen como áreas de gran crecimiento económico.
La firma ABI Research predijo que este rubro crecerá de US$ 24.3 billones de dólares a US$ 39 billones para el 2015.
Los ataques del 11 de septiembre evidenciaron que un data center es mucho más vulnerable que guardar varios backups en diferentes localidades.
Estos ataques también crearon la discusión en los círculos tecnológicos estadounidenses sobre la ciberseguridad, este es un aspecto que se ha convertido en un tema de gran preocupación para los clientes finales.
Uno de los puntos más sensibles que ocurrieron después de los ataques del 11 de septiembre fue el de la privacidad de los ciudadanos, ya que el gobierno de Estados Unidos realizó cuantiosas inversiones en incrementar controles que en algún momento afectaron y todavía afectan a las libertades civiles de la población.
Actualmente, hasta las empresas pequeñas y medianas de Estados Unidos han decidido invertir parte de su presupuesto en robustecer a sus sistemas informáticos y poner en practica técnicas de recuperación de desastres.
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